Salta, 28 de mayo de 2019.

Todas las centrales sindicales convocan a un PARO NACIONAL para mañana, miércoles 29 de mayo. Dejando de lado las diferencias diversas entre ellas -políticas, sindicales, ideológicas-, han coincidido en esta medida de fuerza frente a una situación que agrede a gran parte de la población, en especial a quienes viven de sus salarios.

Los datos son contundentes: la inflación del último año los precios subieron 55,8% (según el IPC del INDEC), los sueldos perdieron en promedio un 10% de poder adquisitivo (a marzo de este año), las mayores subas se produjeron en bienes indispensables (alimentos y bebidas aumentaron un 66,2%) se perdieron más de 190.000 puestos de trabajo (datos de Ministerio de Producción y Trabajo) y se cerraron casi 7.000 empresas (de acuerdo con los registros de la AFIP). La jubilación mínima creció casi 10 puntos menos que la inflación, y continuará deteriorándose hasta junio, merced a una Reforma Previsional impuesta a palos en diciembre de 2017.

Pero la crisis no es igual para todxs. No todxs “ponen el hombro” como gusta pedir al presidente. Las ganancias de los bancos subieron 121% el año pasado, mientras que las empresa de luz y gas tuvieron ganancias de $30.000 millones. Semejante rédito no surge de un fenómeno natural o de un cataclismo externo: la política del gobierno aumentó brutalmente las tarifas y emitió deudas con los bancos asegurándoles los intereses más altos de todo el planeta.

La reforma previsional que mencionamos más arriba formó parte de los compromisos asumidos con el Fondo Monetario, a cambio de un préstamo que sirvió principalmente para financiar la fuga de capitales y el pago a acreedores y especuladores. Esa ley, las presiones para imponer una Reforma Laboral, el ajuste en el Estado -que implica el desfinanciamiento del sistema científico y tecnológico, la educación, la salud y el impulso a la producción nacional-, conforman ejes de la política actual, en la que el gobierno ha decidido resignar la soberanía, alinearse a los dictados del FMI y a la política de Washington,

Ante ese cuadro sólo caben dos posiciones: cerrar los ojos y agachar la cabeza, o dar batalla junto a los demás sectores afectados.

Sabemos que la burocracia sindical se suma a los reclamos por la presión de sus bases y por cálculos electorales propios; es momento de manifestarse en conjunto, aunque continuaremos cuestionando las prácticas de una dirigencia propensa a entregar las luchas y seguiremos impulsando la necesidad de definir un plan de lucha contra las políticas antipopulares y antinacionales.

Hace 50 años la unidad obrera estudiantil protagonizó el histórico Cordobazo, abriendo un período en el que la clase trabajadora fue protagonista principal. Hoy, ante las políticas diseñadas en escritorios foráneos, la lucha vuelve a convocarnos. Ojalá estemos a la altura.

Por Comisión Directiva:

Jorge Ramirez- Secretario General

Elizabeth Paz Burgos- Secretaria Adjunta

Pablo Kirschbaum- Secretario Gremial

Diego Maita- Tesorero