El secretario general de Conadu Histórica, Luis Tiscornia, llegó a Salta trayendo noticias sobre las acciones a realizar dentro de las paritarias nacionales. Además, habló sobre la tendencia en materia de políticas universitarias y sobre los radicales en el centenario de la Reforma Universitaria.

¿Sobre qué se habló en la reunión que se realizó en la UNSa?
En primer lugar se habló sobre la situación salarial. Sobre cómo están las paritarias nacionales. En qué estado estamos y qué hemos resuelto. La síntesis es: tenemos las paritarias paradas, venció en febrero, y ya deberíamos haber resuelto las escalas salariales para 2018. Hasta ahora hubo una sola reunión con el Ministerio de Educación de la Nación. Somos los únicos docentes nacionales y no hay propuesta salarial.

¿Cómo que no hay? ¿Se reunieron y no dijeron nada?
La primera reunión fue hace dos semanas y nos dijeron que quieren escuchar nuestros reclamos. Esto es una provocación porque los venimos presentando por escrito desde el mes de diciembre último. No tienen ninguna propuesta. No hay razones que justifiquen eso más que la especulación del Gobierno en términos de dilatar los tiempos. Análisis externos a la negociación dicen que el Gobierno espera el resultado de la paritaria con docentes de la provincia de Buenos Aires que ya están en conflicto.

Es como una doble vara…
Esto es interesante porque cuando elimina la paritaria nacional a primaria y secundaria dice que Nación no tiene nada que ver y que cada provincia acordará de acuerdo a sus fondos y sus problemáticas. Y resulta que en la que sí tiene que ver, que es la paritaria de los docentes de universidades nacionales, están esperando a ver qué sucede en las provincias. Está claro que hay una política nacional de pretender imponer el techo salarial del 15% en todos los planos y por eso especula con nuestra paritaria. Es por eso que nosotros les damos todas nuestras fuerzas a los docentes de provincia para que discutan de la mejor manera, si es que estamos ligados.

¿Cuáles serán las medidas?
Ante esa falta de propuesta hemos resuelto un paro nacional de 48 horas para el 10 y 11 de abril convocado por Conadu y Conadu Histórica, lo cual es importante porque implica que va a ser un paro de todo el conjunto de las universidades nacionales. Las dos federaciones donde más del 90 % de los docentes están representados.

Concretamente, ¿qué piden?
Nosotros pedimos el 25% de incremento con cláusula gatillo y lo fundamentamos en las previsiones inflacionarias. Ya hay especialistas que no saben cómo va a terminar el 2018. El mismo Banco Central ya está haciendo estimaciones superiores al 20%, distintos analistas privados dicen que va a andar en torno del 25%, pero en definitiva es una propuesta para sentarnos y comenzar a discutir como mínimo para mantener el poder adquisitivo de los salarios docentes universitarios. Eso sería empatarle a la inflación. Es un reclamo razonable y justo. El 15% es una quita salarial, es reducir el salario en términos reales.

¿Sólo porcentaje o se quiere avanzar en otros ítems laborales?
También estamos reclamando la aplicación plena del Convenio Colectivo de Trabajo. La resolución de puntos acordados en paritarias anteriores, donde no se avanzó por falta de voluntad del Gobierno como por ejemplo el pago del adicional por dedicación exclusiva, lo que antes se decía el pago por retención de título. El docente que tiene 40 horas cátedra y que tiene prohibido ejercer su carrera. Eso en la universidad se compensa con un adicional. En eso no se avanzó. También hay muchos docentes ad honorem y además los posgrados gratuitos. Debemos ser la única institución de Estado donde los responsables de dictar los posgrados nos cobramos a nosotros mismos como una cosa casi esquizofrénica.

También hay otros malestares en donde Conadu Histórica se plantó. Ejemplo: ajuste a las universidades
El emergente último es lo acordado hace dos semanas en el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) sobre el recorte de 3 mil millones de pesos a las universidades de todo el país. Los rectores públicamente no dijeron nada. Algunos expresaron su disconformidad en la reunión, pero no salió un comunicado conjunto oficial del CIN ni siquiera quejándose o mostrando preocupación al menos. Eso es una responsabilidad de las autoridades universitarias que muestran que no están a la altura de las circunstancias. Hay que aclarar que el presupuesto aprobado por el Congreso es de 103 mil millones de pesos. Ya de por sí nosotros denunciamos que era deficitario. De ese presupuesto, el 90% va a los salarios. Por lo tanto el recorte de los 3 mil millones va a los gastos de funcionamiento. Es un recorte de más del 25 % para pagar la luz, el gas, las tizas. Es muy fuerte.

En un contexto de tarifazo…
El tarifazo en el 2016 ya fue fuerte porque estamos hablando de un tipo de institución que utiliza mucha luz y gas. No se compara con un hogar.

¿Buscan entonces que las universidades nacionales no tengan recursos para su funcionamiento?
Hace poco el jefe de Gabinete Marcos Peña dijo: ¿Para qué vamos a investigar cosas que otros países ya las tienen investigadas? Lo que dice es que no quieren el desarrollo tecnológico en el país. En todo caso, quieren comprar o importar la ciencia y la tecnología. Quieren un país dependiente de los desarrollados, con lo cual se está condenando el futuro del país. Tienen una idea de la educación superior como una mercancía. La universidad privada es un negocio que en el mundo mueve miles de millones de dólares y acá se quiere arancelar. El título es algo que sale caro y las universidades son empresas que deberían utilizar esos títulos como una mercancía que se vende y compra en el mercado. Esa es la idea de política universitaria que tienen.

Lo mismo están haciendo con la investigación…
A la investigación la quieren importar. Hay protestas en el Conicet, en el Polo Científico de Buenos Aires, porque no sólo despidieron a 500 investigadores sino que se viene un nuevo achicamiento en el ingreso a la carrera de investigadores.

¿Qué opina de los radicales que piden un arancelamiento de la universidades? 
El arancelamiento es una estupidez. No solo es injusto porque la educación es un derecho y por lo tanto no se cobra, sino que es estúpido porque sobre un total de 1.600.000 estudiantes hay solo 50 mil extranjeros en el país. Ellos tienen DNI argentinos, son residentes. No existe el migrante para estudiar. No son ilegales. Un extranjero no puede venir a cursar una materia por 6 meses o un año porque a los 3 meses se tiene que ir con su visa de turista. Por lo tanto el que estudia está legal porque pide el permiso de residencia. Es una soberana estupidez, de una mente fascista, el pensar una cosa de esa naturaleza. Las universidades son verdaderas embajadas. Cualquiera sabe que un estudiante que vuelve a su país, luego de haber estudiado en nuestras universidades, va a desempeñar un rol con grandes vínculos con nuestro país que vale inversiones, relaciones y vínculos políticos importantes. Deberíamos tener en cada embajada oficinas de las universidades argentinas para mantener el contacto con todos los egresados.

¿Cómo ve estos tiempo del Centenario de la Reforma Universitaria?
La frase que sintetiza los tiempo actuales es que a 100 años de la Reforma Universitaria asistimos a una contrarreforma. Porque las políticas que se están implementando van a contramano del espíritu reformista que fue un evento socio- educativo contra la universidad eclesiástica y oligárquica. En 1918 había solo 6 universidades, las cuales eran reducto de los sectores más retrógrados, de las clases altas. La Reforma irrumpe con eso, la abre y la democratiza. Hoy hay 57. Hoy deberíamos estar discutiendo cómo se profundiza la Reforma. Hoy tenemos un país distinto, con nuevas demandas, con otras realidades; pero las medidas son al revés: quieren volver 200 años atrás. Quieren un país agroexportador de materias primas y comprador de manufacturas.

https://www.eltribuno.com/salta/nota/2018-4-10-0-0-0–quieren-hacer-volver-a-la-universidad-200-anos-atras